viernes, 15 de julio de 2016

Nada más y nada menos



Nada más y nada menos       Rodrigo Lorenzo

Tuvo que pensarlo mucho, pero al final resultó muy fácil:
todo lo que necesitó fue
una firma en negro en un cheque blanco.
Ella nunca se cortaba si la cosa era ir de compras por la ciudad.
La razón de desplumarla fue que él vivía como un miserable.

  Sólo fue una venganza, nada más y nada menos.
  Esto es la tranquilidad, nada más y nada menos.
  Nada más, nada menos, nada más y nada menos.
  Nada más, nada menos, nada más y nada menos.


Es verdad que hace años eran diferentes y eran muy dichosos.
Pero se hizo amiga del listillo y su vida se torció.
Su esposa se volvía más roñosa cada día,
y a él no le dejaba para vicios, pero al otro nunca le negó nada.

  Sólo fue una venganza, nada más y nada menos.
  Esto es la tranquilidad, nada más y nada menos.
  Nada más, nada menos, nada más y nada menos.
  Nada más, nada menos, nada más y nada menos.

El negocio iba más que bien y logró sacarle un buen pellizco.
Como para arruinarlos a los dos, como para no volver a trabajar.

  Sólo fue una venganza, nada más y nada menos.
  Esto es la tranquilidad, nada más y nada menos.
  Nada más, nada menos, nada más y nada menos.
  Nada más, nada menos, nada más y nada menos.

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